¿Cambiar o no cambiar? La verdad es que no hay mucha discusión. Sería complicado encontrar una marca que no hubiera realizado una evolución de su identidad a lo largo de su historia.
Cambio es mejora, es progreso, es transformación.
Cambio es también una disculpa para establecer un diálogo, para transmitir cosas nuevas,
Para explicar nuevos valores, para invitar a nuevos clientes o segmentos.
Algunos cambios son forzados por situaciones indeseables. Otras debido que las marcas tienen nuevas propuestas, productos y servicios y necesitan actualizar la imagen que proyectan.
En la mayoría de los casos, LAS MARCAS SON MÁS DE LO QUE MUESTRA SU IDENTIDAD VISUAL. Digamos que no se suelen vestir adecuadamente para una fiesta a la que, además, no han sido invitados. Podríamos decir, por tanto, que el rebranding en algún momento de la historia de la marca, es un must.
Por tanto, la pregunta no es si cambio o no cambio. La pregunta es si nombre, identidad visual o ambas.
Varios ejemplos de marcas que hicieron rebranding
- Una marca que no debió de cambiar de nombre. El caso de Segunda mano
Segunda mano ve como aparecen marcas más frescas. Competidores fuertes como Wallapop, por ejemplo. En lugar de revitalizar su marca a nivel de experiencia de usuario y de identidad visual, cambia el nombre. Tenías el genérico de la categoría. Un nombre descriptivo, como todos los que empiezan en la categoría. Igual que Movistar es el descriptivo y Yoigo el fresco. ¿Qué te hizo pensar que vibbo es mejor propuesta? Pierdes la referencia y tienes que partir de cero con una nueva marca en la que tienes que invertir muchísimo. Wallapop está encantado, claro.
- Una marca que cambió de nombre y que supo dar marcha atrás. Es el caso de Openbank.
El Santander compró un portal en argentina. Se llamaba Patagon. Por motivos que no se pueden explicar muy bien, Openbank adquiere el nombre del portal. Más tarde recapacita y vuelve al nombre original. Decisión certera. Openbank pasa a una tipografía en caja baja para denotar cierto mayor acercamiento y flexibilidad, pero manteniendo la llama del Santander. En la última fase, la llama desaparece. La marca se hace definitivamente mayor y el símbolo, por primera vez refuerza la idea del nombre. La llave que abre las puertas de todo.
- Una marca que debió de dar marcha atrás y no lo hizo. Es el caso de Mister proper
Don limpio no podía utilizarse por cuestiones legales y utilizaron el nombre que ya se había lanzado con éxito a nivel internacional. Monsier Propre en nuestro país vecino, Mr Clean en EEUU… En cuanto pudieron utilizar el nombre que habían pensado originariamente (Don Limpio), cambiaron. Eso a pesar del éxito de lanzamiento de la marca. El “Si funciona, no lo toques”, no lo aplicaron en este caso. Eso fue en 1996. Hoy todavía muchos clientes siguen recordando y hablando de Mister proper.
- Una marca que cambió y mejoró recientemente su identidad visual a pesar de su juventud: Instagram.
Efectivamente, nuestro tiempo es digital, no analógico. El rebranding fue una buena idea
Cambia cuando tengas que hacerlo. Pero cuando cambies, cambia bien.
Cambio de identidad visual
Miguel Yáñez
Director general de Primero Estrategia