¿Cómo se llega de la estrategia a la guerra? Desde los miedos y obsesiones de unos y otros y desde los objetivos egoístas de todos.
Ucrania es un enorme país con múltiples intereses de terceros y con la mala suerte de ser la puerta a Europa. Por eso es el centro de un conflicto con muchos actores.
Para Rusia, Ucrania es su hermano pequeño que hay que recuperar. Para EEUU, una vía para el crecimiento de la OTAN. Para Europa, su granero, un problema y una oportunidad.
La “mala” estrategia de Ucrania
Probablemente la estrategia más acertada de Ucrania hubiera sido la neutralidad. Dejarse querer por Europa y Rusia y avanzar en términos de menor corrupción. Pero no pudo ser o no quisieron apostar por ese complicado equilibrio.
Primero el ex presidente Yanukovich. Un pro-ruso declarado. Ya pago por sus inclinaciones. La intervención de EEUU en el golpe de estado que pone fin a su mandato, parece fuera de toda duda.
Su sucesor, Poroshenko, afirmó a finales de 2019 que solo el ingreso del país en la Unión Europea (UE) y en la OTAN puede garantizar «la independencia, la libertad, la seguridad nacional y el bienestar». No hay neutralidad en esas declaraciones. Y luego llegó Zelenski. Su marcado nacionalismo ucraniano pro-europeísta y anti-ruso, no hacía otra cosa que “calentar” y preocupar más a su vecino. En parte debido a lo anterior, tenemos lo que tenemos.
La “mala” estrategia de Rusia
A Putin le traicionó su ego, su afán imperialista y su error de cálculo en lo que tiene que ver con la respuesta internacional. También su miedo. Miedo a tener bases militares al lado de su frontera y miedo a que la revolución de colores se extendiera a Rusia. Por otra parte, su percepción de que la resistencia ucraniana sería inferior, fue desacertada.
La “mala” estrategia de Europa
La inacción de Europa. Primero frente a las reclamaciones de Putin que invocaba una y otra vez la aplicación de los acuerdos de Minsk. Por supuesto, leídos y entendidos desde su punto de vista.
Luego, la inacción frente al expansionismo ruso en Georgia y Crimea. Probablemente debido a la dependencia de Alemania del gas ruso. Si hubiera habido sanciones entonces…
Y desde las estrategias de unos y otros (dejar de hacer es también una estrategia), llegamos a la guerra. de la estrategia a la guerra
La “buena” estrategia de EEUU
EEUU consigue muchas cosas con la guerra.
- Hace crecer la OTAN (Finlandia y Suecia ya han solicitado su adhesión).
- Debilita a nivel militar, económico y de imagen a un histórico enemigo.
- Alimenta las ventas de sus empresas armamentísticas.
El presupuesto europeo destinado a seguridad y defensa aumenta un 123% ¿A quién van a comprar? Eso además de probar nuevas tecnologías y deshacerse de algunas armas que podrían quedar obsoletas.
- Vende más gas.
EEUU incrementa en un 69% la venta de gas a Europa.
- Refuerza su imagen como defensor de la democracia y la libertad.
Y lo hace con una brillante estrategia. Una jugada maestra que será estudiada en los libros de estrategia militar y geopolítica internacional. Porque la guerra se inicia con un matiz raramente visto: uno de los contendientes (EEUU) no pone a su ejército en danza.
¿Quién gana?
- EEUU. Jugó sus cartas y ganó. Porque, pase lo que pase, ya ha ganado. Y por goleada.
- Putin. Teóricamente, según una encuesta publicada por el instituto ruso “independiente” Levada, más del 80% de los rusos aprueba la acción militar y a su presidente.
Ya se sabe que en una guerra, se cierran filas alrededor de su presidente.
La recuperación de la humillada Rusia tras el derrumbe del imperio soviético y su control de los medios de comunicación ha permitido que su índice de popularidad suba entre los rusos a pesar de esa autocracia electoral cada vez más próxima a la dictadura. ¿Podrá mantenerse? Si la economía soporta, probablemente. En el momento que flaquee..
Por supuesto es una ganancia a corto plazo. A largo plazo, ya ha perdido. Porque no se puede engañar a todo un pueblo durante mucho tiempo. Ya no. Y la manipulación en el relato se irá girando en su contra.
La guerra es estrategia y comunicación.
- Zelenski, que con gran habilidad ha sabido manejar su oratoria y su imagen para catapultarse como el nuevo Churchill ucraniano.
¿Quién pierde? Ucrania, Rusia, Europa y toda la humanidad.
Miguel Yáñez
Director de Primero Estrategia